Mis
costillas se quedaron en las articulaciones de sus manos, en ese pequeño espacio
entre cada uno de sus dedos, un poco debajo de sus uñas pintadas de color verde
y en las cicatrices de sus nudillos.
Mis
manos se quedaron en su abrigo, en su camisa y un poco en los pelitos de su
espalda.
Mi
aliento ya no quiso volver a mis pulmones una vez que lo deje en el inicio de
su oído y en la entrada de sus labios.
No
creo que comprenda todo lo que me arrebato esa noche en esa habitación barata.
Cuando
finalizó su intervención en mi cuerpo yo deje mis ojos en sus lentes que
reposaban en el mueble frente a la cama y en el momento que su brazo me rodeo y
me acerco a su cuerpo el poquito control que me quedaba se perdió en menos de
un suspiro.
En
sueños los cabellos negros inundaron mi garganta y me pusieron a bailar en
cables eléctricos que quemaron mis desnudos pies y la taquicardia llego para
quedarse.
Cuando
el sol toco la poca piel que no fue tocada la noche anterior mis parpados se
abrieron mostrando mis cuencas vacías y cuando trate de encontrarla para que me
guiara ya se había desvanecido
Me
miro, podía sentirlo, solo me miro mientras me tropezaba con todo a mí
alrededor.
Me
hablo hasta que mis tímpanos se adormilaron con su timbre de voz.
Y
así salimos a la calle
Yo
con huecos en la cara, ella con ojos tras sus lentes
Yo
sin manos, ella con manos colgando de su espalda
Yo
sin labios, ella con labios colgando en su quijada
Un
fugaz abrazo fue su cortina de humo para huir tras un taxi y un pequeño escalofrió
me aviso que ya no volvería a ser una persona completa
Algunos
dijeron que ella se sacudió mis partes mientras se montaba en el taxi o que se
las dio al taxista para que la llevara tan lejos como quería otros dijeron que
todas las noches besa lo que se llevó de mí y que nunca me olvida y los peores
son los que la acusan de ladrona en serie los que me dicen que lleva millones
de pedazos de millones de personas escondidos en su sostén.
Yo,
yo no digo nada
Hago
ejercicios mentales para poner a mi cerebro guapo y así poder luchar contra el
recuerdo
Corro
mentalmente de su rostro y me acurruco con jovencitas que por una noche me
prestan lo que a mí me hace falta.
ML.
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