lunes, 21 de septiembre de 2015


Mis costillas se quedaron en las articulaciones de sus manos, en ese pequeño espacio entre cada uno de sus dedos, un poco debajo de sus uñas pintadas de color verde y en las cicatrices de sus nudillos.
Mis manos se quedaron en su abrigo, en su camisa y un poco en los pelitos de su espalda.
Mi aliento ya no quiso volver a mis pulmones una vez que lo deje en el inicio de su oído y en la entrada de sus labios.
No creo que comprenda todo lo que me arrebato esa noche en esa habitación barata.
Cuando finalizó su intervención en mi cuerpo yo deje mis ojos en sus lentes que reposaban en el mueble frente a la cama y en el momento que su brazo me rodeo y me acerco a su cuerpo el poquito control que me quedaba se perdió en menos de un suspiro.
En sueños los cabellos negros inundaron mi garganta y me pusieron a bailar en cables eléctricos que quemaron mis desnudos pies y la taquicardia llego para quedarse.
Cuando el sol toco la poca piel que no fue tocada la noche anterior mis parpados se abrieron mostrando mis cuencas vacías y cuando trate de encontrarla para que me guiara ya se había desvanecido
Me miro, podía sentirlo, solo me miro mientras me tropezaba con todo a mí alrededor.
Me hablo hasta que mis tímpanos se adormilaron con su timbre de voz.
Y así salimos a la calle
Yo con huecos en la cara, ella con ojos tras sus lentes
Yo sin manos, ella con manos colgando de su espalda
Yo sin labios, ella con labios colgando en su quijada
Un fugaz abrazo fue su cortina de humo para huir tras un taxi y un pequeño escalofrió me aviso que ya no volvería a ser una persona completa
Algunos dijeron que ella se sacudió mis partes mientras se montaba en el taxi o que se las dio al taxista para que la llevara tan lejos como quería otros dijeron que todas las noches besa lo que se llevó de mí y que nunca me olvida y los peores son los que la acusan de ladrona en serie los que me dicen que lleva millones de pedazos de millones de personas escondidos en su sostén.
Yo, yo no digo nada
Hago ejercicios mentales para poner a mi cerebro guapo y así poder luchar contra el recuerdo

Corro mentalmente de su rostro y me acurruco con jovencitas que por una noche me prestan lo que a mí me hace falta.


ML.

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