jueves, 11 de febrero de 2016

Yo sí me quedo, me quedo aquí en el mismo asiento del cine que ocupe la primera vez que me invitaste a salir, aquí en el mueble negro de tu sala, me quedo como tantas veces te advertí que haría. Seguramente ese es el problema, me quedo y no consigo manera de irme, me quedo y espero que te quedes pero ya mudaste y quemaste todas tus pieles que presenciaron la mía; me dejaste llena de huellas y desechaste todo mi rastro de tus ropas, te cambiaste de nariz quinientas veces para ya jamas recordar mi aroma; se te olvido ya lo que me decías siempre, se te olvido que me prometiste no olvidarme. Ahora soy parte de los descuidados pedazos de personas que andan por ahí en tu habitación sin dueño mientras yo tengo tu recuerdo acomodadito en la almohada a mi lado. Se te hizo tan sencillo dejarme con mil preguntas en los labios, acariciarme las pupilas y marcharte, se te hizo tan sencillo ser egoísta y abrazarte a tus miedos y protegerte de mí al mismo tiempo que me escupías veneno. Ten un poquito de compasión por este pedazo en el suelo, recógeme con cariño, ponme entre tus senos y déjame dormir ahí hasta que deje de doler, cuéntame todas las noches la historia de como dejaste de quererme, ya verás que al fin un día despertaras y yo ya no estaré.

No hay comentarios:

Publicar un comentario